Rojo Escarlata.

Vivir dos vidas. Sin presenciar físicamente una de ellas. En la primera comparto mi cuerpo, en la segunda lo que quisiera haber sido. En una me acompaña una mujer de cabello negro y largo. En la otra acecha una rubia de cabello corto, o así es como se describe al menos, no importa en realidad.

En la primera, soy sin ser, en la otra me doy gusto imaginando lo que soy. Me doy gusto imaginando que comparto vivencias con una rubia de cabello corto que se hace llamar Blondie Z.
Mas de un vez pensé que si sumara mis dos mitades llenaría el espacio suficiente para convertirme en un personaje completo, en un hombre atractivo, pero ambas partes son asimétricas entre si, son la misma figura repetida en blanco y negro, y no pueden conectarse, son piezas repetidas y defectuosas de un mismo rompecabezas.

Hoy llegó el día de que mi cuerpo conozca a Blondie Z. Así lo hemos pactado. Han pasado dos años desde que nos encontramos por primera vez en un canal de Undernet. Hoy sabré si puedo ser realmente todo lo que imagine.
Es una ciudad extraña, iluminada mayormente por neón. Demasiado extravagante para mi gusto, con un constante ruido que me pone nervioso. El tipo de ciudad que le dije a Blondie Z que me atrae.

La espero en un bar. Puedo definirlo como rojo escarlata. Las mesas, las luces, el piso cuadriculado, los afiches pop, el aire, la música; Rojo escarlata. Mi vestimenta es el resultado de esas dos piezas de ese rompecabezas que no se pueden unir en armonía. No termino de comprender mi atuendo, compuesto por mis pantalones azules de siempre y los zapatos que siempre miré atónito en la estantería de una boutique, y nunca me decidí a comprar hasta saber que hoy sería hoy. Es muy tarde para decidir quien soy en realidad.

Hay muchas rubias bañadas por rojo escarlata, bailando sensualmente en el centro del bar. Ninguna se parece a lo que Blondie Z me ha dicho que es. Tal vez no exista alguien como lo que ella dijo que es. Dos años y ni una sola fotografía de su cara. Escuche su voz en mi ultimo cumpleaños, pero mantuvimos el pacto de nunca vernos, ni siquiera por video.

Una ciudad, un bar, una mesa, una hora específica, dos años después de haber hablado por primera vez, exactamente 17500 horas después y Blondie Z se está tardando. Me había dicho que era puntual, como un inglés, y lleva 15 minutos de retraso. Tal vez no se vaya a presentar. 20 minutos. Mi aliento ya huele a Mai Tai, mi cocktail favorito, es la primera vez que lo pruebo y no me deleitó como lo esperaba. 30 minutos. Debería levantarme e irme, eso es lo que se supone que hago cuando alguien me hace esperar media hora. Sigo esperando y trato de no ver el reloj muy seguido. 45 minutos.

–Creí que no esperabas a nadie por más de 20 minutos- me dijo la voz proveniente de mi nuca. No vire la cara y fije la mirada en el resto de mujeres que bailaban en rojo escarlata.
– ¿Y quien dijo que te estoy esperando a ti los últimos 25?
- Porque te he estado observando desde que llegaste y nunca dejaste de buscarme.
- No sabes lo que puedo estar buscando
- Me estabas buscando a mi, Takeko. Puedes dejar de fingir ya, durante 45 minutos observé quien eres y aprendí más de ti que en los últimos dos años.
-Ahí es donde te equivocas, Blondie.
-No. Estoy en lo correcto, los detalles visuales se abstraen de las intenciones. Observando con cuidado, desglosando los detalles, se aprende mejor que escuchando y leyendo. Las frases siempre pueden estar prefabricadas y ensayarse al punto de sonar espontáneas. Pero lo que ve un ojo escondido desde un agujero, es vergonzosamente auténtico.
- Son piezas distintas del rompecabezas que se deben unir para constituir una sola forma.
- No es así. Te observé y he terminado de conocer lo que tus palabras se encargaban de mimetizar. No te des la vuelta. Voy a irme y no quiero que me mires.
Era sorprendente, tajante, directa, cruel, maravillosamente tenaz. Ella no había mentido. Realmente era Blondie Z. Y si realmente era ella, entonces sabía que la rabia la consumía por haberme encontrado a mí en lugar de Takeko.
- Vete de una buena vez Blondie, ya te dije que hace 25 minutos deje de esperarte. Ahora estoy en busca de alguna mujerzuela bien dotada que no me llene la cabeza de existencialismos absurdos, que me lama el miembro sin chistar, y sin tener que darle dos años de atención, se abra de piernas gustosa.
Blondie resopló a mis espaldas y con un rápido movimiento agarró mi cabello y lo tiró contra el respaldar de mi silla, sujetándolo con firmeza.
- Escúchame escoria, no vuelvas a hablar como si fueras Takeko o te rebano las bolas aquí mismo ¿entendiste? Tu no eres él, nunca podrías ser como él, eres una escoria asquerosa y cobarde.
Cuando liberó mi cabello, me di vuelta y la golpee a mano cerrada en la boca del estomago. Blondie se doblo. Aferré mis dedos contra su cara, sujetándola con fuerza –Ya te dije que no te estoy esperando a ti ramera- y la lancé contra el suelo cuadriculado.
–Ahora lárgate, espantas a las mujerzuelas- Era FULLY Takeko, y no sabía porque estaba usando esos ridículos pantalones azules. Salí del rojo escarlata. Subí a la habitación de mi hotel y comencé a buscar otros pantalones. Encontré unos de traje, negros, lo único usable entre todo lo que había en el placard. Mientras me los ponía, Blondie irrumpió en la habitación con los ojos desorbitados por la rabia y se lanzo contra mí. La detuve con un bofetón que la sentó. Se quedo ahí, paralizada, con una mano sobre su mejilla, mirándome fijamente. Proseguí a subirme los pantalones. Blondie se arrastró a gatas y me los bajo de nuevo. Empezó a acariciar mis piernas con ambas manos, adorando cada centímetro de carne como si me tratara de una resurrección divina. La agarre de los cabellos y la levanté, ubicándola justo en frente de mi maquinaria. Me la chupo, luego se la lamí. Follamos y luego dormimos.

Cuando desperté me sentía culpable, me sentía culpable por mi novia de cabello negro y largo. Ya no era Takeko.

2 comments:

Anonymous said...

Y decir que esas situaciones no son tan ficticias.
abzs,
ana

Anonymous said...

...Me recuerda a ua conversaci´on que tuvimos yace unos 7 años...

Te acuerdas?

jeje...

R